Belén Benavent Cortés

Desde la corta trayectoria de la artista, su trabajo siempre ha girado entorno a los grandes interrogantes de la vida y las cuestiones trascendentales. Para ella, el arte se convierte en el medio para visibilizar, indagar y exteriorizar, una realidad silenciada o evadida con el fin de despertar conciencias sobre temas como, la muerte, la soledad, las adicciones , la belleza, o lo efímero en relación con lo eterno, entre otros. El arte, no sólo como instrumento de autorreflexión, sino como medio para instalar nuevas formas de concebir y de relacionarse con la realidad.

El arte le aporta una gran libertad para experimentar con cada cosa que ve, por lo que no hay un lenguaje concreto en su obra. En su proceso de trabajo podemos observar una gran diversidad de modalidades, técnicas y de medios. En este sentido, hay obras que responden a unas
características concretas propias del realismo, la fotografía o el fotomontaje, y otras cuyo estilo es más expresionista en el que predomina la gestualidad por encima de la forma y el color. Le interesa la influencia que tiene el color en la vida, puesto que tiene el poder de evocarlo todo. Por lo que, el color ocupa una parte fundamental en su obra, porque representa otra forma de percibir, comprender y modificar el mundo en el que vivimos.

Como artista le resulta imposible separar su historia de su obra, en cada una de sus obras hay algo que le remite a su propia biografía, lo cual hace referencia a esa forma innata que todos tenemos de entendernos a través de aquello que hacemos. Casi como si se tratara de algo místico o espíritu.